FINALIDAD DE LA LOBOTOMÍA
BUENAS NOCHES ESTIMADOS ESTUDIOSOS DE LAS CIENCIAS FORENSES
En el año 1935, el neurocirujano y psiquiatra portugués António Egas Moniz realizó una intervención quirúrgica que llamó leucotomía.
Consistía en realizar dos agujeros en la parte frontal del cráneo, e inyectar alcohol directamente en el lóbulo frontal del cerebro a través de ellos. Años más tarde, esta práctica había pasado a llamarse lobotomía, y su popularidad en el mundo de la psiquiatría hizo que Egas Moniz ganase el Premio Nobel de Medicina en el año 1949.
Egas Moniz creía que ciertos desórdenes mentales podían ser curados haciendo que se rompiesen algunas zonas del cerebro en las que el lóbulo frontal se comunica con otras del encéfalo. Es decir, dañando partes de materia blanca del cerebro, llamada así porque en ella predominan los axones (las partes de la neurona que se alargan para comunicarse con células nerviosas lejanas).
Este neurocirujano partía de la idea de que era posible reducir considerablemente la intensidad y la frecuencia de los síntomas de los desórdenes psiquiátricos haciendo que todas sus funciones psicológicas en general decayesen. Se sacrificaba una parte de la capacidad intelectual y de la personalidad de cada paciente para tratar de acercarlo más a la curación.
El neurocirujano Walter Freeman importó este tipo de intervención a los Estados Unidos y, después de darle el nombre de lobotomía hizo que se popularizase por todo el mundo.
La mayor cantidad de lobotomías a nivel mundial se realizaron en Estados Unidos, y no solo se realizaban a personas mayores sino que también a niños. Se estima que la cantidad de lobotomías que se hicieron entre la década del 40 y 50 fueron de, nada más y nada menos que: 40.000 y 50.000 personas.
Hoy en día ya no se requiere de este tipo de procedimiento debido a los avances científicos que existen de fármacos para tratar los trastornos psiquiátricos, pero, aunque parece un procedimiento bastante feo de contar y experimentar, en aquella época tuvo gran popularidad y fue debido que no había grandes opciones para el tratamiento de estas enfermedades, no quedando muchas alternativas.
Del mismo modo, cuando una de las pacientes de Freeman murió a causa de la hemorragia que le causó el neurocirujano, quedó claro que los riesgos de la lobotomía eran elevados. En los 50 y 60, muchos países prohibieron esta clase de intervenciones, y la URSS la llegó a considerar “contraria a los derechos humanos”
FUENTE: PSICOLOGÍA DEL HOY - PSICOLOGÍA Y MENTE
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