Francisco Guerrero ''El chalequero'' primer asesino en serie Mexicano.




BUENAS TARDES ESTIMADOS ESTUDIOSOS DE LAS CIENCIAS FORENSES 




FRANCISCO GUERRERO ‘’EL CHALEQUERO’’

Francisco Guerrero ''El chalequero'' fue uno de los primeros asesinos seriales del que se tiene registro en México.

Entre 1880 y 1888 mató a 20 sexoservidoras.
La sociedad mexicana entró en pánico durante el período presidencial de Porfirio Díaz

Modus Operandí: Guerrero era un asesino organizado, misionero motivado por el odio y sedentario. Abordaba a sus víctimas para contratarlas, tenía relaciones sexuales con ellas y después las golpeaba, estrangulaba y decapitaba. Los cuerpos de las víctimas eran encontrados en la colonia Peralvillo y cerca del Rio Consulado. Su periodo de actividad concordó con el de Jack el Destripador, por lo que algunos autores de su época y actuales lo han llegado a comparar con él.

Existen dos teorías de porque se le apodaba "el Chalequero", Aquellos que decían verlo, aseguraban que se trataba de un hombre bien parecido, que vestía elegantemente un casimir, una camisa blanca, faja, sombrero negro, zapatos y un chaleco, por lo que le otorgaron el apodo de “El chalequero” otros mencionan que se debía a que sostenía relaciones sexuales "a chaleco" con la mujer que él quisiera (la expresión "a chaleco" indica que algo se hace de manera forzada).
Cuando lo detuvieron en una taverna, el acusado confesó todos los crímenes. El juez lo sentenció a pena de muerte pero Porfirio Díaz decidió que sólo debía cumplir 20 años en prisión. Estuvo en Lecumberri y San Juan de Ulúa. En 1904, debido a un error administrativo lo dejaron salir de prisión y se refugió con sus hijas, quienes eran sexoservidoras. Pocos años después apareció el cuerpo de otra prostituta cerca del Río Consulado, El Chalequero confesó y esta vez fue sentenciado a muerte, pero murió antes de la ejecución debido a una embolia.

Carlos Roumagnac, uno de los primeros criminólogos mexicanos, concluyó que el "Degollador del río Consulado" era un criminal nato, al afirmar:

"...no hay datos suficientes que autoricen a suponer que el Chalequero, haya cometido sus crímenes bajo la influencia irresistible de la perversión sexual, no los ha cometido bajo la influencia de una obsesión morbosa, los ha consumado por impulsiones violentas y conscientes, es por tanto un degenerado inmoral violento."

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